Busqueda de la facultad del ingenio en la poco sencilla creatividad cómica

La risa es la auténtica medida de la felicidad.



miércoles, 24 de diciembre de 2014

Feliz y próspero 2015

Feliz y próspero 2015

Feliz y próspero dos mil quince
Que de verdad la crisis sea historia
El ciudadano salte como un lince
Dando media vuelta a esta noria.

El paro sea ya recuerdo del pasado
Que la pobreza esté bajo mínimos
Se tomen medidas de alto calado
Y no se yerre siempre en lo mismo.


Que todo se arregle en este 2015.




Ahí me veo feliz como una perdiz tomando un anís

Ahí me veo yo, en el aeropuerto de Málaga como un cromo, con los pantalones caídos, la cara encofrada entre la alegría de llegar al fin a la meta con una sonrisa arrancada y la “V” que recalca un “al fin”, y el manifiesto cansancio de un regreso agotador, un sombrero en solfa, un carrito con el equipaje y encima esos abrigos que un verano en Los Alpes no puede dejar encerrados.
Al llegar al aeropuerto de Múnich tras cuatro horas en una furgoneta “transfer” que llegó a estar parada en una calma chicha de un desastre bávaro.
-      Que catastrófe, que ca-tas-tró-fe, decía en conductor Hindú de la furgoneta.
Los bávaros deben estar acostumbrados a esta circunstancia de que la autovía que une Munchen con su aeropuerto se colapse en cuanto haya un accidente múltiple y no se oye ningún toque de claxon y ni tan siquiera hacen nada para que la situación mejore, ni un solo guardia en todo el trayecto en el que se avanza a paso de tortuga intermitente y en el que solo los foráneos parecen que intentan avanzar por el andén de la derecha(es nuestro caso).
Cuando pasamos a la altura del accidente solo había sanitarios y bomberos que habían abierto un carril auxiliar fuera de calzada y que por ello se empezaba a mover el atasco.
En el aeropuerto de Múnich hay un silencio inusual y una tranquilidad desconocida para un establecimiento de estas dimensiones y actividad. Todo parece programado para que si pierdes el vuelo por circunstancias sobrevenidas te encuentras más perdido que una cabra en un garaje y si elevas un poco la voz te sientas observado como una rara avis por los transeúntes; así es que te sientes en el vacío, te mandan a las ventanillas de venta de billetes de última hora que tanto ellas como por internet te piden un precio que ya consideras subido y que cada vez que consultas sube más y más.
El guía español cuando nos despedimos dos días antes me había dicho que en Múnich apenas se veían policías, que (lo que luego sucedió) podía suceder que “en cualquier accidente se bloqueara la autovía y se montaba cada pitoste de mira y no te menees” y me aconsejaba que saliese del hotel con tres horas de adelanto sobre la salida del vuelo. Le hice caso, pero el retraso fue mayor y no pude coger ese vuelo ni el siguiente. 

Al final la agencia de viajes de Málaga se ocupa y consigue vuelo y hotel en Madrid con billete para vuelo a primera hora de la mañana para poder regresar al día siguiente (ni hablar de recuperar los múltiples euros de gastos añadidos).


Feliz, me veo feliz como una perdiz tomando un anís. Como en casa en ningún sitio ni de perfil.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La zorra guardiana del corral

Harto de robos y bajas
El corral en asamblea
Pactaron una rebaja
Con la zorra golfa y fea.

Conmigo veréis que un día,
Decía la zorra tan astuta,
Manejareis ya la batuta
Y tendréis paz y alegría.

Cesarán las incursiones
Que tenéis ahora a diario
Y ya no serán un calvario
Las comadrejas y hurones.

Soy maja y me consuelo
Con un solo huevo al día
Y lo que cace en cacería,
Por el corral me desvelo.

Sonó una fuerte ovación
Como pocas en la vida
Y la zorra fue elegida
Casi por aclamación.

La zorra casi cumplió
En primera cobertura
Mas al verse ya segura
A huevos se aficionó.

Luego no se contentaba
Con las propias tropelías
Y el corral les ofrecía
A otras zorras que llamaba.

Las bajas tanto aumentaron
Como los huevos menguaron
Los pollos buenos huyeron
Los gallos viejos temblaron.

Las gallinas cluecas
Nada comprendían
Se quedaban quietas
Y apenas comían.

Ponedoras explotadas
Sufriendo tanto expolio
Estaban desesperadas
Y no criaban los pollos.

Esto no más puede ser,
Grita un pollito valiente,
Pelear es hoy menester
Hay que unir a la gente.

Bravo y con arrojo la picó,
Unos cuantos le apoyaron,
La zorra ya cobarde huyó
Y el corral recuperaron.

Moraleja: Joven pollo
Si quieres a tu corral
No debes abanderar
Que zorras pillen el chollo.


En aquellos tiempos, había muchas zorras guardianas de corral, ajenos e ingenuos los volátiles así lo apoyaron, resultando al tiempo que allí era donde se penalizaba hasta el cacarear, se comía poco por eso de economizar, se recortaban las alas para no poder volar fuera aunque poco vuelo se podía iniciar, y el mayor miedo estelar era recuperar ya la libertad tan perdida ya que las caenas aseguraban al menos la vida triste de los entremeses escénicos. Los malos querían parecer los buenos y los buenos eran tan buenos que se les echaba de sus gallineros y endeudados tenían que viajar lejos, tan lejos como para no regresar nunca más. Pena, penita, frena.

martes, 19 de agosto de 2014

Sentido borrego por efecto rebaño

A base de palo
Al redil te mete
Sabes que es malo
El que te somete.

A los doce meses
La hierba te llena
Son mieles las mieses
De tu triste condena.


Sentido borrego
de efecto rebaño
estás como ciego
sin notar el daño.

En tan sólo dos años
sin notar casi el pego
Si estas en un rebaño
Te sientes muy borrego.

Al balar por la paja
El pastor se crece,
Se te da de baja
Ya nada mereces.

Con efecto rebaño
al sentido borrego
toma que te pego
cien veces al año.

Al principio metido
Te molesta el engaño,
Ya con tiempo y olvido
Te acomodas al paño.

Sentido borrego
al efecto rebaño
le acoges apego 
a tan flojo escaño.

Cuando pasa el tiempo
El olvido es mayor
Y ya sin ningún tiento
Añoras al pastor.

Al efecto rebaño
y sentido borrego
no ves al tacaño
como un cicatero.

A los pocos años
Sin apenas consuelo
Ya no hay diferencia
Con otros borregos.

Con efecto borrego
Felices si retozan,
Sólo son mis ovejos
Aquellos que gozan.

Como pasan los años
Ya no hay remedio
Con todo el rebaño
Se bala con tedio.


Si el que es mariachi acaba cantando rancheras,
el que cae en rebaño y borrego, acaba balando
canciones del hato al gusto de pastores horteras, 
O viejas baladas de tristes chorradas y ...desafinando.



domingo, 27 de julio de 2014

Los miedos de la libertad

En Málaga el sentir de su lema: "La primera en el peligro de la libertad [...]" es un epigrama a la vez inquietante y heroico. No se acaba de entender del todo. Por un lado suena a "La Malagueñesa", un canto heroico de cohesión y orgullo, pero... "peligros, no gracias".
Si se trata de meterse en líos... entonces "Vivan las caenas", que esto son cuatro ratillos y no dan para mucho más. Ahora que si se trata de disfrutar de la libertad, la primera, los primeros.
La palabra peligro inquieta siempre y lo primero a que obligan los genes es a huir, y solo si no compensa se trata de luchar por la subsistencia.
La libertad siempre se ha entendido como peligrosa, con dos peligros, uno, su consecución es peligrosa; dos, el no menos peligroso enigma de como disfrutarla sin poner en peligro la subsistencia.
El que la ha tenido siempre no sabe vivir de otra manera y no sabe lo que vale, el que no la ha tenido nunca no sabe como vivirla.
Las caenas tienen la ventaja de ignorar ambos peligros.  
Los libertos cimarrones no saben qué hierbas comer sin indigestarse o intoxicarse, ni tienen la experiencia secular de las sociedades consolidadas, no quieren hacer cosas que, aunque útiles en la sociedad anterior, generan riqueza, como ser cicatero y no dar a cada cual lo que le corresponda. Se necesita un oficio límpido y por tanto menos competitivo... pobres, pero honrados y de nuevo esclavizados.
La libertad ofrece posibilidades muy poco consecuentes como la indolencia o el vivir al día, el libre albedrío tiene su recorrido y nadie escarmienta en cabeza ajena. La experiencia es una solución tardía y lejana.
No obstante, el mayor peligro para todos, a la larga, es la ausencia de libertad; la tiranía se sufre y se paga y se apaga. Sin libertad, fuero ancestral, nadie se asegura el porvenir.   
¿Libertad, para qué? y así nos fue.



Subido en su roca
el blanco se crece
sus torres enroca,
sabe que se cuece.

Disfruta la bicoca
que siempre parece
se le abre la boca
ganar adormece.

Repartir estopa
es que se merece
lo suyo coloca
que nada le reste.
  
Peligro y  Libertad solo son paralelos.

martes, 15 de abril de 2014

Memorias de un Listo Parchisero

Cuando empezó a resentirse la idea de economía localizada utilizada hasta entonces por el equipo, me pidieron que me inmolase, que asumiese toda la responsabilidad, que cargase con todas las culpas ya que era mi responsabilidad y como gestor sin responsabilidad organizativa no complicaría la imagen corporativa.
En aquellos momentos en los que podía esperar que me respaldasen en función solidaridad de unidad en la navegación en el mismo barco, ante signos inequívocos de apoyo les pedí que protegiesen mis intereses particulares, me diesen algo más que palabras; así les solicité algún tipo de garantía de que mi familia y mis pertenencias estuviesen a salvo.
Me miraban como traspasándome, como mirando al fondo de la sala que estaba detrás de mi, así como si los silencios sirviesen para contestar a las preguntas espinosas.
No me amilané y les mande directamente al garete.

Durante unos meses siguieron con tibiezas y mirando con miradas perdidas cuando el tema pasaba a mayores. Definitivamente empecé a preparar mi estrategia, en principio para hacerles recapacitar y que me protegiesen. Pronto me di cuenta de que estaba solo. Solo no, con un par de huevos y mucho que mostrar al mundo.

-         Eres el único que puede salvar la situación, me decían sin más compromiso.
-         No sirve otro, eres el jaque del tablero.
-         Pero bueno, pensáis que soy el  “tonto útil” que se va a sacrificar por unos desalmados que no son capaces de ofrecer algo más que palmaditas,- les dije, esperando en el fondo de mi ser que se apiadasen y me ofreciesen algún tipo de salida airosa aunque mi persona tuviese que pagar gran coste.
-         No es así, no es así, tú eres de los nuestros. Cumple con tu obligación y todo irá bien.- insistían.
-         Y una leche. Queréis que sea el tonto útil. Yo, tonto útil, yo, que lo único que hacia era mandar a mi secretaria que hiciese las tres simplezas que correspondían, y me dabais un pastón por ello.

Siguieron las miradas perdidas,… y rompí relaciones. Empezaron las jugarretas. Cantaba por saetas y por peteneras en cualquier tablao.

Si en verdad pensaban que yo era el único que podía salvar la situación, la situación estaba perdida para ellos. Cerraron filas y se hicieron los suecos; pensaba yo que con intención de salvar los muebles.

Me presentaron como el único culpable que había traicionado su confianza jugando al parchís a sus espaldas, pero puedo demostrar que ellos no jugaban al solitario. Hay emilios que lo saben.

Me quieren dejar sin blanca, pero jugar al parchís no es como Internet y no deja ningún rastro. Yo a lo mío, mío.



Nos hemos equivocado todos. Perderán el mundo si pierden la gloria. Al menos, yo ganaré la gloria si no pierdo el mundo.

Mientras, en la celda de al lado, mi vecino canturreaba este cantar:

No seré yo el que se vaya,
Tú en el paro y yo en el trullo,
Esto se ha puesto canalla,
No quiero hacer el capullo,
Si me dices calla calla,
No montes tanto barullo,
Que debajo está la playa,
Que lo mío será tuyo,
Esto cualquier día falla,
Si revuelvo el cajetín,
Palomita de cazalla,
No juegues más al parchís.
Capullito Capullito,
Capullito de alelí.

sábado, 22 de marzo de 2014

El caso del Megacaso 1: pero..¿quién ha imputado al aforado?

El caso del Megacaso:
Capítulo 1:
Pero… ¿Quién ha imputado al aforado?

Camino del trabajo de vuelta de unas largas vacaciones a las que añadió unos días más por cierta indisposición física o enfermedad banal, Su Señoría se encaminaba al trabajo con la alegría de volver a la acción tras el merecido descanso. Se alegraba de vivir en aquella ciudad maravillosa que tiene ese olor especial a azahar en primavera y ambiente a fiesta todo el año. 

-         Mejor que en Nueva York, donde va a parar, esa mole de edificios que apenas dejan pasar el sol y esa ingente masa de gentes que vienen y van. Y el Maria Luisa no tiene, salvo el gran lago, nada que envidiar a Central Park. Se venía diciendo en el camino Su Señoría.

Al llegar al trabajo Su Señoría fue directamente a su despacho. En un momento pensó en entrar a ver a la Secretaria General o a algún compañero para enterarse de las novedades y dar un poco envidia del largo periodo de asueto. Pensó que era mejor no levantar ningún mal entendido, que la gente es muy mal pensada, y se dirigió directamente y con prisa a sus aposentos. No llevaba el trole que tanto le caracterizaba en las fotos de cierta fama.

Nada más verla llegar la secretaria de su sección se dirigió hacia ella y con sigilo cerró la puerta a su paso para evitar miradas y oídos indiscretos.

-         Señoría, cuanto lo siento, nos hemos quedado sin megacaso, Su Señoría que desgracia nos hemos quedado sin megacaso…
-         Ehhh, que dices, ¿sin mi megacaso?
-         Sí, Su señoría, resulta que cuando usted llamó para informar que estaba ligeramente indispuesta, la secretaria de la Secretaria General sufrió una fuerte peritonitis y no pudo tramitar su baja laboral y al ser ingresada nadie podía hacerlo por ella y …señor, señor,… La secretaria entendió que su ausencia era una ausencia laboral injustificada y sin plazo por lo que asignó inmediatamente a otra sección el megacaso cuyo nuevo titular más inmediatamente todavía inculpo al diputado que era consejero cuando empezó el megacaso y que usted no debía inculpar si no quería quedarse sin megacaso, y como el diputado es aforado el megacaso pasó al supremo que ya no puede devolverlo a no ser que haya una instrucción de una comisión que todavía no se ha formado y que aunque se haya comprobado que todo es un error no hay megacaso en nuestro caso y…
-         Nooooo, Nooooo, NNNoooo, nooo, Nooooooooooooooooooooooooooo, mi megacaso es mío y de nadie más, que me devuelvan mi megacaso
-         Se rumorea que el supremo va a absolver al diputado por prescripción en los plazos y…
-         Lo sabía, sabía que me arrebatarían mi megacaso, ¡mi megacasooooooo!, mi megacaso, mi …
-          
Una voz firme y fuerte la despertó entre sollozos:
-         Cariño, despierta es una pesadilla, que no estamos en Sevilla que seguimos en New York y hoy toca ir al MOMA y a ver el edificio de la UNO.
-         Eh, eh, eh… ein…

Ya despertada y comprobando que estaba en la habitación que recordaba haber utilizado las jornadas anteriores, se relajó, y su marido la pudo oír más serena y relajadamente por lo bajito:

- Mi megacaso, mi megacaso,   …. Mi tesoro. Viva Nueva York, donde va a parar, mucho mejor que Sevilla, donde va a parar, si no fuese por mi megacaso me quedaba aquí como Bibiana.



Siguiente capítulo: El caso del final del Megacaso si acaso.

sábado, 1 de marzo de 2014

Los entrepedos del Euro ( 2ª parte de La quimera del Euro)

Tras ingentes elucubraciones mentales, múltiples noches de insomnio y cientos de pesquisas e indagaciones, el investigador Yonni Melavo había llegado a una conclusión: los euros aparecidos en La Chopera eran fruto de las condensaciones de las flatulencias expulsadas por los Consejeros y Delegados del Banco Colateral Euro Pedo (BCEP).
-         Al aumentar la densidad de las flatulencias estas se van condensando en níkel pedocoin que da origen, a través de diseños tantas veces reprogramados de diseño pedocontable que se solidifica, a moneda pedoversionada perfecta en nada diferenciada de la Fabrica Colateral de moneda Euro-Pédica.
-         Pedos +Nitrogeno + so2 + sol = Pedoeuros  + sh2.
-         Aunque para hacer una separación contable, que nadie sabía hasta que yo lo descubrí, las monedas formadas a partir de gases de efecto tormenta se denominan Euro Pedos atendiendo  a su origen meteórico- decía con convencimiento Yonni.

En aquellos tiempos, por la noche, todas las noches Yonni veía como La Chopera era una fiesta, noche a noche todo contento y alegría, derroche y desenfreno.
Nadie advertía sobre los riesgos que se estaban acumulando.
- Es la ciclogénesis perfecta, empezó a advertir Yonni en los ciclos en los que se movía, en los que era tachado de lunático.
Le daba rabia, pero en el fondo prefería estar equivocado, que sus cálculos fuesen erráticos y no se cumpliese el desastre que vaticinaba. Otras veces veía el desastre como deseable en un mundo donde los recolectores de europedos le llamaban pardillos a los catedráticos del Instituto por no llegar a su nivel adquisitivo.

Los pedoconsejeros y pedodelegados no dejaban de lanzar sus pedos a la atmósfera. Había, por parte de los Consejeros europédicos una gran afición a las berzas y alubias, lo que con los brindis al sol con Xampane aumentaba las ventosidades.

Las gratificaciones indiscriminadas daban para todo, había europedos para todo, para cualquier cosa: Europedos-bebé por nacimiento,  Pedoeuros a los agricultores para dejar de producir o por simplemente no producir nada, Pedoeuros al consumo indiscriminado, europedos para la formación de jubilados y entretenimiento de las amas de casa, Europedas comisiones de estudio del folklore o de recuperación de oficios extintos, etc.

Europedos para todo y para todos. Viva la pedofiesta. Los campos de cultivo estaban yermos, era posible atravesar La unión de norte a sur y de este a oeste sin ver un solo animal de granja.

En plena euforia pedoparoxística, a los europedolíticos se les hacía la boca agua limón cuando hablaban de objetivos de pleno empleo, sumo desarrollo y bienestar europédico universal. Las comisiones se daban hasta sin pedirlas ante cualquier gestión financiera.

Los europedos circulaban a velocidad de crucero y llegaban a todos los estratos sociales. Los recién llegados compraban sus casas en La Chopera urbanizada, a la que equiparaban al paraíso, aunque fruto de la condensación de las flatulencias se desprendía ácido sulfhídrico que contaminaba la aurora matinal de un aroma que unos consideraban fruto de su pan.
Como es normal, no hacían falta razones para justificar el creciente poder adquisitivo de la mayoría.
- De aquí no nos echan ni con agua caliente, - decían los recién llegados.

Es una pena que algo tan bonito tenga un final. Aquella mañana Yonni no la olvidaría jamás.

De madrugada su vecino de enfrente empezó a dar voces que desde la calle llegaban a su cama para despertarlo desasosegado, sin imaginar lo que estaba pasando.

El vecino lloraba y gritaba desconsolado ya que le habían desaparecido sus europedos, sabiendo que no se los habían robado, pues los tenía guardados en una hucha que estaba intacta y perfectamente cerrada, salvo el agujerito por el que entran y no salen.
No tenía dudas de que los euros pudiesen estar en otro sitio, el olor a sulfhídrico indicaba en se trataba de un fenómeno de condensación inversa.
No obstante buscaron por la casa protocolariamente sin encontrar nada.

Poco rato después, la vecina de al lado que se metió en su casa para comprobar si sus europedos estaban en su hucha, salía gritando con gran sofoco, llorando y gritando:
-         .. los míos también, mis europedos de la hucha también han desaparecido, Me he quedado sin mis pedoeuros, los europedos de mi hucha han desaparecido sin que nadie se de cuenta.

Ya no había ninguna duda, los europedos se habían esfumado de las huchas.

Yonni se preocupó y fue a la encimera donde colocaba la calderilla y el pequeño billetaje en una hucha de latón y… sin sorprenderse descubrió que allí solo quedaba una moneda tailandesa que me habían entregado fraudulentamente en vez de una moneda de dos euros.

La hucha que el vecino estudiante de ingeniería guardaba en su hucha para su curso de Erasmus se había secado también y le había dejado sin los pedoeuros ahorrados.

En el vecindario, uno a uno todos los vecinos fueron saliendo clamando por la desaparición de los europedos domésticos de sus huchas.

Marcharon en manifestación hasta la oficina bancaria más cercana para comprobar si al menos quedaban los euros en las cartillas de ahorros.

El director de la sucursal hizo las pertinentes comprobaciones en las cartillas de los diferentes particulares y se quedó tranquilo al comprobar que los euros no habían desaparecido de sus estadillos de las cartillas ni de los documentos bancarios que los habían sustentado.
El director de la sucursal pudo quedarse más tranquilo todavía al comprobar que los euros depositados en la caja fuerte de la sucursal estaban intactos sin faltar ni uno. Comprobó que los euros de los estadillos de sus cuentas permanecían incólumes, independientemente de que su origen fuese del BESP o de La chopera.

Buscando una explicación el Director llamó a la central y allí le explicaron porqué habían desaparecido solo los euros de las huchas:
-         Es que no es lo mismo los Eurobonos ingresados en una entidad que los europedos de curso irregular– se justificaba el mentor, y así marcaba la diferencia que en esos momentos no se sabía lo trascendente que sería en el futuro.
-         Donde va a parar, unos son fabricados y los otros recogidos.

Marcharon en un gran grupo junto a otros que se fueron sumando en el camino y todos se dirigieron a la plaza del Ayuntamiento. Los que venían de La chopera confirmaban que el filón de La chopera se había secado.

El alcalde improviso un discurso desde el balcón de su despacho para manifestar que los europedos depositados en el ayuntamiento habían desaparecido y que el consistorio era una victima más de una confabulación de la oposición para acabar con uno de los mejores periodos económicos que se recordaban en el lugar.

Al ser sistémicos, se salvaban los Eurobonos de las sociedades financieras a los que se les ayudaba a refinanciarse.

Resultó que no solo desaparecían los europedos de las huchas, sino que los europedos deudores que los vecinos habían pedido resultaron no ser sistémicos, por lo que en base a la Prima de Enredo se les incrementaba el interés para refinanciar sus deudas.

Los múltiples créditos ofertados indiscriminadamente a todo el mundo, ya que no se requerían avales para conseguir préstamos que en los momentos de euforia y desenfreno se pensaba que cualquiera podía devolver con solo vender más caro lo que se compraba, estaban intactos. Todos querían vender mas ya nadie compraba.

El suelo de La chopera resultó afectado por la lluvia ácida con los árboles corroídos, y en un balance real  que sin duda se iría incrementando, hipotecado por una cantidad doscientas veces su valor inicial en Eurobonos; los chopos estaban destruidos o enfermos, y aquello cada vez se parecía a un desierto en el que las únicas sombras las ponían las grúas de las obras abandonadas a medio terminar de la debacle.

Los ejecutivos y agentes intentaban tranquilizar a los compradores de viviendas sin terminar que todo todito estaba asegurado y súper-asegurado en euros mollares, lo que era verdad, pero no decían que los bienes estaban asegurados en aseguradoras propias adquiridas para tal fin por los propios asegurados con la solvencia basada en europedos de las choperas, en un maléfico círculo vicioso. Mas, ya nadie quería arriesgar un euro mollar depositado y a salvo. Los euros salvados se blindaron y se estableció la Prima de Enredo para diferenciar los Eurobonos de los europedos.
Nadie explica el mecanismo de la Prima de Enredo, unos son sistémicos y se salvan, otros son solventes y deciden como se financian, la mayoría de estos se alegra de que otros paguen más cara la Enredoprima.

Los más avispados realizaron transferencias para poner sus dineros a salvo lejos de las descomposiciones sulfhídricas, otros se fueron a los supermercados para que con sus tarjetas de débito aprovisionarse de alimentos y hacer acopio de bienes de primera necesidad.

Yonni que era alérgico al sulfhídrico se fue a la agencia de viajes y reservó unas largas vacaciones que empezarían al día siguiente.
En la agencia de viajes le preguntaron el motivo de su marcha, a lo que Yonni contestó de esta manera:
- Empieza a hacer más frío dentro que fuera. A ver si no es tarde y al menos la helada me pilla lo más lejos posible.

Le ha cogido el gusto al Caribe y tiene una oficina llamada Melavo Limited . Lejos sigue cinco años después en este verdadero paraíso en el que hace honor a su apellido y lava el olor a sulfhídrico de los billetes que le mandan sus clientes que tanto se quejan de que el aroma a sulfuro apesta en La Alameda.

Ahora Yonni se está moviendo para lavar su conciencia en una ONG dedicada a instalar a los jóvenes que llegan a estas latitudes buscándose la vida y lo único que consiguen es un vulgar miniYob. Están contentos ya que aquí al menos no huele a sulfhídrico ajeno.

Unos…deben los bonoeuros…Otros deben… hasta… de… callarse. Otros deben callarse todavía más.
Por los siglos de los siglos los pedos de unos se los comen los mismos.



Y los cerditos de las huchas siguen Primotumbados.

Yonni al aroma de Margarita mientras canturrea se dice a si mismo:
- Cuando se lo hayan montado los que se tiraban los pedos y se vengan para acá será el momento del regreso.

lunes, 27 de enero de 2014

La quimera del Euro

Alguien ve un euro y se lanza en plancha. No es mi caso, lo miro con reticencia.
En el primer euro que me encontré en la chopera, nuevo y brillante aunque ensuciado por el barro, me preocupé más de no mancharme las manos de que se me adelantase algún otro y se quedase con el. Me busqué un palitroque y una envoltura de estraza y entre ambos lo llevé a la fuente y lo lavé bien lavadito para que no me emporcase.
Como todo dinero que llega fácil apenas tardé en gastarlo y me tomé un zumito de pera en un bric en la Venta de la Chopera.
Tuve que ser de los primeros que se percataron de que paseando por la Alameda de los chopos se encontraban monedas de un euro brillantes como el sol que los iluminaba.
Ingenuo llegué a pensar que eran una bendición que el destino me enviaba por algunas buenas obras que había creído realizar en los últimos años. Que ingenuidad, el dinero fácil cotiza al doble en la factura de los tiempos.
Con los días, la voz se fue corriendo y los paseantes aumentaban exponencialmente.
Al principio lo veía como la copla de los duros antiguos que tanto en Cádiz habían dado que festejar, como un festival de alegría y regocijo para todos.

Los buscadores de euros llegaron a ser tantos que la autoridad colocó a sus agentes para cobrar un peaje nada desdeñable: medio euro por persona buscadora.

Al principio compensaba, pues muy pocos se iban sin al menos una moneda que recoger y los había que llegaron a encontrar cuatro y hasta cinco euros.
Algunos con espíritu comercial pusieron tenderetes de bocadillos y bebidas.

Familias enteras se instalaban con sus tiendas en la chopera y cuando llegaban los agentes a cobrar enseñaban el boleto del día anterior a resultas que el boleto era por entrar y no por día. Así empezaron los líos. Luego, unas familias cercaron zonas pretendiendo limitar el acceso a otros paseantes, y así aumentaron más los líos.
Según se reducía el número de euros encontrados por buscador los líos aumentaban, y se paso de las regañinas a las trifulcas y de ahí a las peleas.
La competición se hizo embarrada como aquel primer euro que yo había encontrado.

Un predicador subido a un taburete empezó a lanzar retahílas de prédicas comparando la acción encontradora con las tentaciones provenientes de la Bicha de Babilonia.

Un filósofo intentando encontrar una explicación se debatía entre el Maná del desierto y la generación espontánea de los hongos en la baja Edad Media.
A la mayoría no le preocupaba la explicación del fenómeno ni pensaba que la hubiese, La mayor preocupación era coger las monedas mientras fuese posible.

El zumo bric de 200 mililitros que aquel primer día de encuentro de mi primera moneda me había costado una moneda ahora ya me costaba dos. A pesar de ello la Venta estaba llena a tope de gentes y curiosos que llegaban de otros lugares.

Todos parecían felices, los euros no se agotaban por más que se recolectasen, al día siguiente a pesar del peinado del día anterior volvían a aparecer las monedas.
Las expectativas de ganancia entraron a forma parte de la economía familiar como una entrada de ingresos fija y segura.

Así pasaban los años. Las familias tuvieron que organizar turnos entre sus miembros ya que algunos se resistían a la recogida por considerar el jornal obtenido de pequeña cuantía para molestarse.

En la imaginación del poeta Pésimo se comparaban las monedas a las cagadas de un ogro que se lanzaban desde los infiernos para adormecer y corromper las almas de los infelices. En cambio, para la poetisa Adivina eran la prueba de que la humanidad dejaba atrás los grandes conflictos para encaminarse a una Era de paz y bienestar.

Las voces partidarias de prohibir o limitar las recogidas fueron calladas tachadas de gafes y malencaradas.

Cuando todo parecía ir sobre ruedas las monedas dejaron de aparecer.
Y…
Había que recomponer los chopos rotos.

Lo que sucedió después es otra, pero… que… otra historia.



Si este euro no arreglara
Pronto la prima tan rara
Será vara que se dispara
Solita en su propia cara.