Busqueda de la facultad del ingenio en la poco sencilla creatividad cómica

La risa es la auténtica medida de la felicidad.



sábado, 8 de diciembre de 2012

Que siga la diversión como si nada pasara

Troicas de tocar la aldaba
Sin recargar el mechero,
Se acabó lo que se daba
Ya no hay forja de dinero.

Como abunda este buen sol
Y no hay disyuntiva abierta,
Uno aplaudiría un gran gol,
Dónde estará el gran Iniesta.

Con un par ya ha decidido
Que la caja es lo primero,
Si el ladrillo está vencido
Hay que traer al forastero.

La diversión que ofrezco
De los sesenta recuerdo,
El bailador que parezco…
Olvida, estoy que muerdo.

Sigue apuntando maneras,
Que el futuro es cocinero,
Sonrisa up o off plañidera,
Cantaor out e in camarero.

Que siga la diversión
En este enorme estropicio,
Unos se beben el  ron,
Otros ponen el servicio.

Que siga la gran diversión
Que no decaiga esta fiesta,
Al chino, al ruso o al nipón,
Hay que patentar la siesta.


Que siga esta diversión
Como si nada pasara,
Residencia por mansión,
Sin fisco que le cobrara.

Alguien por dos regará,
Si uno no riega el almendro.
Hay que procurar ser más
Sin olvidar al de dentro. 



Hay que cuidar al mayor
Sin olvidar al pequeño,
Hay que regar esta flor
Por sed que tenga su dueño.

domingo, 11 de noviembre de 2012

La canción de la gacela que sabe de unión

La gacela que no busca la unión
Será pronto o tarde pasto de león.

Es un aguantar la mirada,
El acecho tiene su tiempo,
Una espera en la arrancada,
En la tensión del momento.

Saltó, es el momento,
Todo está previsto,
Quiebro a tiempo,
Salud y a ser listo.


Cada uno es dueño de su talento,
Tú eres gacela no eres el león,
Tras el ruido huyes raudo y suelto,
Si te descuidas serás el jamón.

Mala suerte Gacela, no comes León,
Ni eres la Cebra de coz y valimiento,
Lo tuyo no es fuerza sino la unión
De muchas gacelas y en incremento.

Como otras gacelas corres resuelto,
Un firme comienzo es la salvación,
La carrera es larga y agota al león,
Tierra de por medio aleja al glotón.

El rebaño unido de aquí para allá
Ir a otro lado es como escapar,
El león se queda en territorialidad
Y los brotes verdes te vas a buscar.

Dentro del rebaño buscas libertad
Aunque alejado no debes marchar
Si te quedas sola te van a pillar
Estando juntitos te puedes librar.

Con otras gacelas saltas con resuello
Y de paso miras si ves al León,
En esta jungla no hay relajación
Un simple descuido es el hundimiento.

Ir de un lado a otro en conjugación
Siguiendo la lluvia que junto al sol
Alimenta la hierba de manutención,
Lejos del terreno del león señor.

Tú eres gacela, oculto está el león,
Si ves algo avisas, esa es tu misión,
Si pillan a otro no es la solución,
Que seas numeroso es la salvación.

Si el león es fuerte a alguien pillará
Conoce su selva y tiene habilidad,
La gacela busca unida la dificultad
Si el primero salta todos a saltar.

De pocos y muchos es la libertad,
Detrás de esta jungla hay otra mayor,
Si siegan la hierba quien no ayunará,
El desierto espera de voz y de coz.

lunes, 5 de noviembre de 2012

El cuento de la jardinera

La jardinera tenía un jardín precioso al que cuidaba con esmero y eficacia, mas todavía le sobraban energías para disponer de un jardín más grande pero siempre le decían que no existían jardines disponibles y que los planes hortofrutícolas impedían que se pudiese poner un jardín en la mayoría de los sitios posibles para evitar el descontrol y, por ello, estaban tan caros.

Enfadada fue a quejarse al gremio de jardineros.

La Agrupación de Jardineros Productores de flores y hortalizas la hizo caso, y sabiendo que el solar para ajardinar era muy caro y que existía una demanda creciente de jardines se propuso abaratar el precio a la vez que aumentaba la cantidad de superficie puesta en producción, elevando la queja a la Gerencia de huertos y jardines. La clave, propuso, era liberar todo el terreno disponible para que aumentase el número de solares, y que cada ciudadano pudiese poner un jardín donde considerase más conveniente, siempre que tal actividad no estuviese expresamente prohibida.

El sistema se le podría llamar: Ley de liberación de jardines y huertos disponibles. Se acompañó de un Plan de Amejoramiento de los Jardines productores. 

Se convocó una reunión en la que la Agrupación de Jardineros Productores hizo la propuesta en firme al ayuntamiento:

- “Al ser el terreno de cultivo libre, aumentaría la oferta de terrenos y los precios tanto de los solares como de los productos de cultivo bajarían.

Al bajar los precios de los productos hortícolas estos se harían más asequibles para toda la población, con lo que aumentaría la demanda y consumo de productos frescos y ricos en vitaminas y minerales.

Con el aumento de las ventas mejoraría la renta de los jardineros que podrían contratar jornaleros con lo que bajaría el paro y a su vez aumentaría la producción y la superficie dedicada a la producción de frutas y verduras.

Los precios de los productos seguirían bajando, y con ello aumentaba su consumo por los sectores más desfavorecidos o población sensible como niños y ancianos, y mejoraría los niveles de salud de la población, con lo que se recortarían los costes del sistema sanitario, lo que permitiría disponer de fondos para  programas de asistencia social”.

La Federación Internacional de Producciones Hortojardinísticas presionó para que la propuesta se hiciese realidad.

La propuesta y el plan fueron aprobados por unanimidad.

Que bonito, aprobada la norma se denominaba: Ley de amejoramiento y liberación de huertos jardineros disponibles.

En una arrancada de altruismo se garantizó por Norma el acceso de todos los ciudadanos a un huerto de cultivo.

La jardinera con regadera en mano y chicle en boca, se ilusionó al ver la posibilidad de aumentar el negocio, pues pensaba que comprando un nuevo solar con la venta de las flores y las hortalizas el huerto se pagaría solo.

Su vecino compró un nuevo jardín, lo lotificó, y cambio de coche, de casa y se iba de crucero todos los años.

Parecía tonta y no estaba dispuesta a perder más tiempo. Cuando la jardinera acudió a la oficina de ventas el precio de un lote le pareció desorbitante: 15.000 un huerto mayor.

Todo el mundo quería tener un huerto. Los precios de los lotes subieron y subió la producción hortofrutícola.
Al aumentar la demanda, los lotes de huerto fueron subiendo de precio y bajando de tamaño. El dinero empezó a circular a buen ritmo, y todos tan contentos.

El concejal de parques y jardines organizó un viaje a Japón para formación de todos los allegados al departamento. Consortes incluidos, la envidia del vecindario.

La jardinera no dejaba de soñar en adquirir un lote, pero consideraba que estaban muy caros y debían bajar. Todo el mundo la animaba a comprar, mas ella estaba esperando a que bajasen algo los precios.

La Agrupación de propietarios de huertos jardineros organizó mensualmente una cena sectorial con invitación a artistas y danzantes. Todo un éxito.

Luego, el ayuntamiento, para cada solicitud de jardinización, creó una Comisión de Autorización de planes jardinísticos.

Como el dinero era necesario para la compra de jardines y medios de producción las solicitudes de crédito aumentaron y aumentaron. El número de oficinas de crédito se multiplicó por tres.

Como el acceso a las jardines era un derecho  y los jardineros pagaban sus cuotas mensualmente, el grifo se abrió a todos los estratos de población, con lo que también aumentó el número de recién llegados, que a su vez obtuvieron créditos para la adquisición de jardines. Los precios subieron exponencialmente, mas todos pagaban sus cuotas. El dinero, nadie sabía cómo pero, entraba a espuertas

El ayuntamiento aumentó los gastos en función de los ingresos crecientes, los costes también crecieron y se creó para aumentar los ingresos una tasa que se impuso discrecionalmente a los solicitantes de huertos cultivados.

Como la Comisión no daba abasto para la aprobación de todas las propuestas de autorización se creó un Plan de Aceleración para la Aprobación de Planes Jardinísticos.

Las comidas de trabajo proliferaron con cualquier pretexto. Regadas habitualmente con vinos DO a 80 la botella.

Mientras, la jardinera el chicle mascaba y con regadera regaba, y por fin se decidió a comprar un lote con todos los ahorros disponibles.

Según iba caminando para efectuar la compra vio un anuncio en una valla que indicaba: huertos a 40.000, y era justo lo que disponía con sus ahorros. Le pareció una locura, pero estaba decidida.

Entró en la oficina de ventas y estaban quitando el cartel anunciador y poniendo uno nuevo: huertos a 45.000.
Vaya, he llegado tarde de nuevo, iré a ver si mi madre
me deja esos 5.000 – pensaba.
Fue a casa de su madre que le dejó los cinco mil, y volvió a la oficina de ventas.
La vendedora le dijo cuando volvió que, además de los impuestos, debía pagar la tasa municipal por adelantado, por lo que le hacían falta otros 4.000.
Estuvo pensando unos días, a quien le pediría los 4.000, por lo que vendió su colección de sellos.
Volvió a la oficina de ventas encontrando un nuevo cartel: huertos a 50.000.
Así, dedujo que jamás reuniría por si mismo la cantidad necesaria para la compra.


Sin perder el ánimo, hizo de tripas corazón y decidió que iría a una entidad de crédito a solicitar el dinero que la faltaba.

Cuando se disponía a ir a pedir el crédito, sopló el chicle y sacó una gran pompa que se infló tanto que al estallar le llenó de goma la nariz y los párpados.

Con mal humor tuvo que ir a quitarse los restos de la cara. Al echarse el agua fresca sobre la cabeza tuvo un escalofrío que vio como una inspiración, aquello era una locura. Nunca volvió a plantearse comprar en aquellas condiciones.
                                     
Luego, las cosas empezaron a fallar, los precios de los productos hortícolas cayeron por debajo del coste de producción y todo el mundo empezó a intentar desprenderse de los solares. Los precios bajaron en caída libre.

Y se cerró la Comisión de Aceleración de planes jardinísticos por carecer de permiso demostrable de funcionamiento. Sus dirigentes acabaron en la trena.
No dimitió ni el botones Sacavino.

La jardinera se quedó pasmada del lío que se estaba montando, y ese día, aspirando aire por la nariz, en un suspiro de sarcasmo, se dijo:
- De la que me he librado, bacalado.

Lo que vino después, es…otra historia.

Huertos y hurtos son tan parecidos.

sábado, 13 de octubre de 2012

El truco del cuco Farruco

En el día de su homenaje de jubilación, mientras que pomposos discursos en su honor sonaban rimbombantes, el hasta entonces catedrático de estadística se extrañaba de acordarse en aquellos momentos del propietario de Tejidos Farruco una tienda de modas de su barrio de toda la vida que al enterarse de que lo habían nombrado adjunto a catedrático en la universidad, le contaba en confianza, para demostrarle que él también era muy listo, como  antes de las  temporadas de reducción de precios subía los artículos un poco antes en el mismo porcentaje que  iba a reducirles.

-         Así todo queda en casa.
-         ¡Muy cuco, Farruco!, recordaba que le contestó  para salir del paso a la vez que le daba un toque en el hombro  ponía píes en polvorosa para no volver a comprar ante menudo espabilado.

En un repaso a sus antiguas vivencias el homenajeado, durante aquel tedioso discurso del Delegado de Cultura y Universidades, empezó a recordar aquel día de su último curso de bachillerato en el que reflexionaba sobre las bases numéricas del sistema algebraico, enlazando este complicado sistema con lo que entonces era en sus conocimientos poco más que un título con la muy en boga “Teoría de la Relatividad” de Albert Einstein, y entendiendo que, en efecto, todo, todito, es relativo. Pensando que en la suma de 2 y 2 en la base algebraica de 10 dígitos es 4, pero si fuese en base 3 (sistema ternario) el número 4 no existe y entonces sería 2+2=11.
Así, si solo existen los dígitos 0, 1, y 2, las cuentas son las siguientes: 1+1=2; 1+2=10; 2+2= 11; 1+2+2= 100; 2+2+2= 101. Y así sucesivamente.

No hace falta introducir la muy veloz “velocidad de la luz” para entender la relatividad de la vida y hacer caja de paso.


       
En la misma línea de pensamientos erráticos rememoraba aquella frase que le espetaba bajo cualquier pretexto un compañero en la mili y que tanto le persiguió después de elegir profesión: “hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas”. Como todas las grandes mentiras aquella frase tenía algo de verdad, y una estadística en manos de alguien avispado hace que si uno no tiene coche y su vecino tiene dos coches pueda parecer que estadísticamente tenga un coche cada uno, pero no es estadística. Así, cuando aprobó la cátedra puso en un rincón de su despacho esta otra frase: Mentiras, Grandes mentiras y Parcialidades estadísticas.

Cuando el cuco de Modas Farruco volvió a pasar por su mente, el homenajeado se preguntaba solemne:

- Por qué me acordaré tanto de Farruco el día de mi jubilación.
                                                                                                                                                 

sábado, 21 de julio de 2012

Las cuentas de Lázaro

El ciego me pega, pero me da de comer. Bueno, dar lo que es dar da muy poco, aunque sumado a lo que le “recupero” se van pasando los días con el sustento medio conseguido.
Sabe como si viera o más, si le engaño me pilla casi seguro. Que miedo me dan sus castigos, tan solo puedo asegurar lo que no controla, lo que recojo antes de que él lo sepa, cuando pide yo también pongo la mano y algo cae sin que se entere y enseguida lo pongo a salvo.
Mi estrategia está clara, pequeñas sisas, desvíos con ventaja y mentiras a su nombre cobradas.

Estoy convencido de que me despediría si no supiese que el próximo le defraudaría tanto como yo o más. Yo no me voy porque ya tendré tiempo para conocer miserias mayores que la suya.

Por supuesto que lo guío por la peor parte del camino y cuando llueve le hago pasar por las goteras y charcos. Él lo sabe y me recorta la ya muy recortada ración. Nos defraudamos mutuamente, todavía más de lo que nos gustaría, el resultado es que esto no funciona, somos dos desgraciados al solano de un verano.

Ronca, huele mal, cuando se pasa con el vino canta de forma insoportable, cuando tropieza me pega un capón tenga yo o no la culpa.
Por las noches le desarropo para que pase frío, cuando tiene sed paso de largo de los pozos del camino, si le compro higos elijo los picados y podridos.
Nuestra relación esta en odios bastante igualada. Me llevo a mayores que estoy aprendiendo a recitar, a imitar los andares de los ciegos, a echar la buenaventura, a explotar el victimismo; y como nunca se sabe lo que el otro puede ver, cualquier día de estos el ciego soy yo.

Vuelven los héroes del siglo del loro.


Mentiras, pretextos, defraudaciones, milongas, olvidos, divisiones, patrañas, poderíos, molestias, engaños, compartimentaciones,siestas, yacijas,  confusiones, sequías, fraudes, abusos, indolencias, llantos, indiferencias, ocultaciones, equívocos, descorazones, miserias, contaminaciones, desastres, soberbias, ignorancias, prepotencias, incompetencias, esquizofrenias, sudoraciones,...

La ciencia ficción espera.

domingo, 10 de junio de 2012

Rescate o tomate, el rescatillo a debate

Cuando el principal dirigente chino vino a este continente, en los años 80, dijo una frase que yo no supe entender bien entonces y que ahora es obvia:
“No importa si el gato es blanco o negro, lo importante es si caza ratones”.
No veas como caza ratones el gato chino.

Antes de ayer, en la previa a la videoconferencia, el negociador debilitado ponía todo su empeño en una condición que los demás negociadores no entendían demasiado su importancia. La suavidad de las palabras.

-         Si la ayuda es lo que es ¿qué más da como se llame?
-         Es muy importante que no se entienda como una intervención, no es coherente con nuestra manera de entender la vida, dijo el debilitado negociador.
-         ¿No será por orgullo, verdad?
-         No, no, es una cuestión semántica, pero muy importante para el presidente.
-         Que más darán las palabras, son los hechos los que mandan.
-         Yo pido por cortesía que no se rice más el rizo, es muy importante la moral de recuperación, el permanecer unidos en el mismo carro.
-         Pero eso se debía haber aplicado antes, no ahora.
-         Nunca es tarde.
-         Vale, concedido. Dirigís los tiempos ahora, os respetamos y nos responsabilizamos con el sentido de la diligencia. El cuerpo técnico preparará los documentos para el mes que viene.
-         A las cuatro la videoconferencia. Nada de rescate, mejor paquete de ayuda financiera.

Una vez fuera, uno de los negociadores fuertes, se preguntaba sarcástico:
-         Si no se puede llamar rescate, cómo lo llamaremos ¿tomate?

Tras la videoconferencia, pura formalidad de lo aceptado anteriormente, se anunció una rueda de prensa del negociador debilitado, en la que (sin un solo papel oficial y recurriendo a la cortesía oficial para no decir apenas nada que ya no se hubiese anunciado, desmentido, renunciado, vuelto a desmentir, etc., en los días precedentes) este anunciaba la fortaleza de lo conseguido, y la suerte de disponer de una línea de crédito en condiciones muy ventajosas.

No era un rescate, era una ayuda de los socios,  un chollo, una suerte de premio.

Los televidentes se quedaron pensando en como se sentirían aún mucho mejor si el equipo coloreado ganaba al día siguiente el partido. Que orgullo.

Al día siguiente casi toda la prensa mundial, se fijaba en el anuncio de rescate, intervención, salvación, etc. Mas un periódico gran insular ponía el dedo en lo crucial de la cuestión.

“Tomate o rescate, cómo llamar a la actuación”.

En una escueta rueda de prensa de 22 minutos, como siempre sin preguntas, el Master Máximum ( en escurrir el bulto) se enorgullecía de los logros logrados.

 Parecía decir: hemos llegado a donde yo quería.

-         El que ha presionado he sido yo, para disponer de una línea de crédito.

“Ole, tus carrillos pétreos”, decía el periodista digno que sabía lo que se estaba cociendo.

Al día siguiente, el Financieral Time desacreditaba al Master Máximum (en escurrir el bulto), que en sus páginas era desautorizado en una entrevista por el presidente de la Comisión que afirmaba que ellos habían presionado para que se aceptase el rescate.

Al día siguiente alguien movió los hilos y  la Comisión daba un mensaje conciliador en el que se indicaba que  la negociación fue una charlita de bien avenidos:
-
- Ambos han estado de acuerdo en que lo más conveniente era dar la ayuda a los bancos.                                                       

Que formalmente se llama “ Paquete de rescate bancario”.

Rescatillo para los amigos.

El conserje de la central del recién superestatalizado bank no tenía estudios universitarios, como la mayoría de los jefes a los que había hecho un casi imperceptible signo diario de aceptación jerárquica, pero que sabía de la vida:
-         Para hacerlo tan mal tan mal no hubiesen hecho falta tantas pagas generosísimas y blindajes millonarios para estos incapaces.

Antes del partido de la colorada, un parado de larga duración de la localidad se fue a  ver el partido en el pub del barrio con los últimos 20 euros que recogió del cajón en el que el abuelo había aportado 150 para salvar la economía familiar.
-         En casa el fútbol me aburre .

 El vecino panadero, fundido después de la jornada laboral, mientras se quedaba dormido después del gol de Italia, se preguntaba: ¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí?

El estudiante de Erasmus en London, mientras oía la noticia en la radio, comentaba para si: “Esta va a ser peor que la del pepino”, y apagando la radio se puso a estudiar como nunca “hay que preparar la escapada como sea”. 

El abuelo de los euros al cajón de la casa de su hija, recordaba una frase que su abuelo le espetaba frecuentemente y que nunca había entendido hasta en ese momento lo tuvo claro:
-         Si abatida la libertad del orbe, impávido sufrirá su derrota.
Mas contaba que su tiempo ya tan menguado le impediría sentirlas estos defectos a él, y le dejaba a su yerno las cargas del futuro más menguante aún que el suyo.

-         Malos tiempos para los flojos. Que a mis nietos les pille en su intensidad ya criados y bien preparados para el recorte de las mangas al chaleco.

Luego, cuando se vio en televisión a los forofos de la colorada que indignados al quedarse sin entradas para un entrenamiento gritaban “ Esto es un atraco, esto es un atraco”, pensaba:
- Ahí me las atraquen todas.

El filósofo comarcal en un clarividente epigrama discurrió: La pobreza ha sido mancillada como un mero objeto fiscal de deseo.
- Pago, luego voy de pompas, cuesta abajo y sin frenos.

El intelectual orgánico explicaba el cuento del gato chino y lo aplicaba al dilema actual:
“No importa si es rescate o tomate, si consigue cazar a los ratones de la crisis”.

Si no funciona: ¡Ay de los ineptos! (aunque menos)… y de todos los demás (aunque más).

Pero, por favor, que no vengan con más cuentos. Todos la apuñalaron y, conclusión, ella sola se murió.

Los ratones le han puesto un cascabel al gato. El gato es gordo y capón.


Desde la más chulesca de las vanidades estamos cayendo en el más inexplicable de los rescatillos.


Las autovías ya pagadas ahora con repago y más…¡toma ya!


 
Es de dominio general que la cosa no puede seguir así.


Sólo me queda pensar que está todo programado para apretar y apretar, condicionando el futuro al ya inevitable gato chino, para soltar antes de asfixiar.

¡A los indios que vienen los caballos!

Pero, ¿es el rescatillo el principio de las verdadillas?
Las mentiras no solo mienten ¡arruinan!. Su cupo está agotado.

Verdades aunque duelan.

martes, 29 de mayo de 2012

El irredento solar del remedio pajolero

Cuando despertó, Odiseo, consternado por el colapso de los sentidos, se puso a recordar los dulces cantos y sentía al revivir su belleza que aquella experiencia, brutal para los sentidos, célula a célula como un todo angelical, había merecido la pena

- Hice bien en explorar mis capacidades, aunque nunca estuve seguro de controlar la situación y me angustiaba intelectualmente el soltarme de estas ataduras y caer en los abismos de la dicha tramposa de las mujeres aladas con garras afiladas; ya pasado el riesgo noto que todo ha merecido la pena, todas las emociones y sensaciones condensadas en un solo movimiento imantado de melosa atracción celular insuperable, que por suerte estar amarrado a este mástil  me ha impedido sucumbir a su atracción.

Aunque seguía atado a aquel mástil central de la nave, Odiseo  se sentía cómodo y no deseaba llamar a sus hombres para que lo desatasen. Que magnifica e insuperable experiencia, su solo recuerdo le producía una psicodélica paz infinita. Era como un orgastrón visceral de experimentación indescriptible y de una pedagogía de insuperable elevación. Ya estaba deseando, aún más, volver a casa para poder intentar detallarle a Penélope la, tal vez, inenarrable experiencia.

La paz interior le permitía no oír los ruidos que la marinería estaba haciendo en sus labores cotidianas, no le extrañaba que no le molestasen, pues él parecía seguir teniendo una pose de dormido en profundidad, y se los imaginaba con los tapones de cera en los oídos todavía colocados sin permitirles oír nada.

El tiempo iba pasando y el cuerpo parecía pedirle acción, y aunque no quería fastidiar aquella paz inmensa y quizás irrepetible, comenzó a llamar al marinero timonero por su nombre.

- Euroloco, Euro-loco, desátame de estas maromas. ¡Euroooolooocoo, Euroooolooocoo!. Vaya,...ya debe estar el Euri haciendo de las suyas como siempre.

Nadie parecía escucharlo.

-         Estos bobos se han vuelto a ponerse a jugar a la taba en las bodegas, no se les puede dejar solos. Con esta tripulación estamos al albur de los vientos.

Intentó desatarse mas no pudo conseguir nada más que escoriarse la piel y agotar las pocas fuerzas que la psicodélica audición le había dejado.

Recordaba las instrucciones que le dio la bruja Circela Market, aquella que convirtió a los hombres en cerdos,  en las que le indicaba que para no sucumbir al cántico magnético de las sirenas cautivadoras, para lo que tenía que sellar con la cera ensordecedora los oídos de toda la tripulación y que si el quería vivir la experiencia de oír sin riesgos podría hacerse atar al mástil.

Según pasaba el tiempo se iba dando cuenta de la situación, y pensó que algún enteradillo de la tripulación se quitó la cera de sus oídos y ante los magníficos cantos no quiso que sus compañeros se perdieran la experiencia y les fue quitando la cera. Así, uno a uno fueron sucumbiendo a la inevitable atracción de los cánticos y desapareciendo uno tras otro tras la bruma y cayendo en las garras de las sedicentes sirenas aladas.

Estaba solo, completamente solo, atado y al pairo, no se sintió peor en ningún momento de aquella travesía de desastres y desvíos.

Entonces comprendió su error, debía haber atado a toda la tripulación al mástil, y él taponarse los oídos. Hubiese sido la única manera de asegurarse que aquellos ineptos no metiesen la pata hasta el fondo.

Ya solo pensaba en palabras negativas de poca fortuna para su destino: albur, pairo, deriva, caos, …tormenta perfecta.

Y buscó la solución, no obstante no se le ocurría nada, solo sabía una cosa.

-         Es necesario que cambie la situación. Solo puede salvarme un desastre aún mayor, que esta nave se estrelle contra las rocas y yo me pueda liberar de estos engranajes antes de ahogarme.

Vaya, hay momentos en los que las soluciones son peores que los problemas que pretender corregir.



Odiseo, muy enfadado por lo cruel de la situación todavía tenía capacidad de superación y se enfado mucho más, cuando alguien cortó sus amarres al mástil de abajo a arriba, y con las manos todavía atadas se dio de bruces con la madera de la cubierta.

- ¡Este Euro-loco!

Por suerte para todos, en su aburrida sordera, la tripulación había bajado a la bodega a jugar a la taba.

Años después, cuando se abrazó por fin a Penélope, no se alegraría tanto como en aquellos momentos cuando el timonero Euro Loco le daba un vaso de agua, mientras le hablaba de que le había ganado la partida a la taba al marinero Helenos.

-         Que infeliz se vive en la ignorancia. Pensó Odiseo.

Emoción que no falte, llegará Odiseo a Ítaca sano y salvo. Dejará Penélope de tejer y destejer la madeja helénica.

De aquí a Ítaca solo irá quedando el timonel del bajel.
-         ¿Odiseo?
-         No, no lo creo.
-         Yo sí lo creo, Odiseo. Pero que pasa con el perdedor...

Y Helenos, sí, no, sí, no,…

Como cambian los tiempos,… y los cuentos.

Ni las profecías son fiables,
¡Vaya con la de los mayas!



LA BOLA DE NIEVE SE SIENTE IMPARABLE
UN INSTANTE ANTES DE POR EL ABISMO
LANZARSE.

Nos las prometían felices
Con el cambio de convenio,
Pero empezaba el invierno
Con un palmo de narices.

Este anzuelo de lombrices
No era picado en directo,
Van cometiendo deslices
Y orinan fuera del tiesto.

Aquellos grandes aliados
Que son tan buenos amigos,
No los han considerado
Como sus fiables testigos.

Si la prima se dispara
Por cuentas mal contadas,
Echa la culpa a la cara
De cuentistas descaradas.

No mires tanto al pasado
Como el único motivo,
Abusando de las culpas
Del anterior incumplido.

Si algo pasa, nada dices,
Si dices hay desconcierto,
A ver quién arregla esto
Y evita que nos revisen.

No se te pasa el enfado
De tus batallas perdidas,
Ni disponiendo el guisado
Se va arreglando la vida.

Mientras se pasa este susto
Puedes quejarte en privado,
Mas no desmoralices al vulgo,
Que quiere un buen resultado.

Esta situación cambiante
No te sirva de consuelo,
Si eras el solucionante
No mitigues el desvelo.

Aquellos que la han liado
Pueden dormir en abierto,
Son tantos los implicados,
¡A saber quién es el muerto!.

Posible que estés gafado,
Aunque tengas tanto cuento,
No te quejes del pasado
Ni andes con aspavientos.

El pasado del anterior
Era tu mismo concierto,
De suelos urbanizados
Y descontrol en el freno.

Con convenios urbanísticos,
De concejos tan inflados,
De tantos metidos a listos
A todos nos han arruinado.

Con burbujas y tropelías
Faltan las explicaciones,
Sobran las escorrentías
Y se pierden los millones.

No soy quien la ha liado
Y pago esta barbaridad,
Aquellos que la montaron
Se sienten con impunidad.

Mucha herencia recibida,
Pero nadie es demandado,
Más parece una artimaña
De un colega cochambado.

Espero comer perdices
Cuando le pongas remedio,
Si me creo lo que dices,
Verás lo que yo me pierdo.


¡QUE VIVAN LOS BONOS, QUE MONOS!

Tómate la pifia con alegría,
Y mientras otro lo celebra,
Nos veremos en la cafetería,
A ver si pronto se arregla.

Ojalá que llueva un trillón al banco.
Ojalá que llueva un trillón…

Y tengamos un colchón,
De créditos a mogollón.

El amor y el dinero son unas armas cargadas de futuro.
Amor para unos, dinero para otros.

Haz el colchón y no la quiebra.


ES MENESTER VOLVER A NACER.

OTRA VEZ.