Busqueda de la facultad del ingenio en la poco sencilla creatividad cómica

La risa es la auténtica medida de la felicidad.



domingo, 10 de junio de 2012

Rescate o tomate, el rescatillo a debate

Cuando el principal dirigente chino vino a este continente, en los años 80, dijo una frase que yo no supe entender bien entonces y que ahora es obvia:
“No importa si el gato es blanco o negro, lo importante es si caza ratones”.
No veas como caza ratones el gato chino.

Antes de ayer, en la previa a la videoconferencia, el negociador debilitado ponía todo su empeño en una condición que los demás negociadores no entendían demasiado su importancia. La suavidad de las palabras.

-         Si la ayuda es lo que es ¿qué más da como se llame?
-         Es muy importante que no se entienda como una intervención, no es coherente con nuestra manera de entender la vida, dijo el debilitado negociador.
-         ¿No será por orgullo, verdad?
-         No, no, es una cuestión semántica, pero muy importante para el presidente.
-         Que más darán las palabras, son los hechos los que mandan.
-         Yo pido por cortesía que no se rice más el rizo, es muy importante la moral de recuperación, el permanecer unidos en el mismo carro.
-         Pero eso se debía haber aplicado antes, no ahora.
-         Nunca es tarde.
-         Vale, concedido. Dirigís los tiempos ahora, os respetamos y nos responsabilizamos con el sentido de la diligencia. El cuerpo técnico preparará los documentos para el mes que viene.
-         A las cuatro la videoconferencia. Nada de rescate, mejor paquete de ayuda financiera.

Una vez fuera, uno de los negociadores fuertes, se preguntaba sarcástico:
-         Si no se puede llamar rescate, cómo lo llamaremos ¿tomate?

Tras la videoconferencia, pura formalidad de lo aceptado anteriormente, se anunció una rueda de prensa del negociador debilitado, en la que (sin un solo papel oficial y recurriendo a la cortesía oficial para no decir apenas nada que ya no se hubiese anunciado, desmentido, renunciado, vuelto a desmentir, etc., en los días precedentes) este anunciaba la fortaleza de lo conseguido, y la suerte de disponer de una línea de crédito en condiciones muy ventajosas.

No era un rescate, era una ayuda de los socios,  un chollo, una suerte de premio.

Los televidentes se quedaron pensando en como se sentirían aún mucho mejor si el equipo coloreado ganaba al día siguiente el partido. Que orgullo.

Al día siguiente casi toda la prensa mundial, se fijaba en el anuncio de rescate, intervención, salvación, etc. Mas un periódico gran insular ponía el dedo en lo crucial de la cuestión.

“Tomate o rescate, cómo llamar a la actuación”.

En una escueta rueda de prensa de 22 minutos, como siempre sin preguntas, el Master Máximum ( en escurrir el bulto) se enorgullecía de los logros logrados.

 Parecía decir: hemos llegado a donde yo quería.

-         El que ha presionado he sido yo, para disponer de una línea de crédito.

“Ole, tus carrillos pétreos”, decía el periodista digno que sabía lo que se estaba cociendo.

Al día siguiente, el Financieral Time desacreditaba al Master Máximum (en escurrir el bulto), que en sus páginas era desautorizado en una entrevista por el presidente de la Comisión que afirmaba que ellos habían presionado para que se aceptase el rescate.

Al día siguiente alguien movió los hilos y  la Comisión daba un mensaje conciliador en el que se indicaba que  la negociación fue una charlita de bien avenidos:
-
- Ambos han estado de acuerdo en que lo más conveniente era dar la ayuda a los bancos.                                                       

Que formalmente se llama “ Paquete de rescate bancario”.

Rescatillo para los amigos.

El conserje de la central del recién superestatalizado bank no tenía estudios universitarios, como la mayoría de los jefes a los que había hecho un casi imperceptible signo diario de aceptación jerárquica, pero que sabía de la vida:
-         Para hacerlo tan mal tan mal no hubiesen hecho falta tantas pagas generosísimas y blindajes millonarios para estos incapaces.

Antes del partido de la colorada, un parado de larga duración de la localidad se fue a  ver el partido en el pub del barrio con los últimos 20 euros que recogió del cajón en el que el abuelo había aportado 150 para salvar la economía familiar.
-         En casa el fútbol me aburre .

 El vecino panadero, fundido después de la jornada laboral, mientras se quedaba dormido después del gol de Italia, se preguntaba: ¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí?

El estudiante de Erasmus en London, mientras oía la noticia en la radio, comentaba para si: “Esta va a ser peor que la del pepino”, y apagando la radio se puso a estudiar como nunca “hay que preparar la escapada como sea”. 

El abuelo de los euros al cajón de la casa de su hija, recordaba una frase que su abuelo le espetaba frecuentemente y que nunca había entendido hasta en ese momento lo tuvo claro:
-         Si abatida la libertad del orbe, impávido sufrirá su derrota.
Mas contaba que su tiempo ya tan menguado le impediría sentirlas estos defectos a él, y le dejaba a su yerno las cargas del futuro más menguante aún que el suyo.

-         Malos tiempos para los flojos. Que a mis nietos les pille en su intensidad ya criados y bien preparados para el recorte de las mangas al chaleco.

Luego, cuando se vio en televisión a los forofos de la colorada que indignados al quedarse sin entradas para un entrenamiento gritaban “ Esto es un atraco, esto es un atraco”, pensaba:
- Ahí me las atraquen todas.

El filósofo comarcal en un clarividente epigrama discurrió: La pobreza ha sido mancillada como un mero objeto fiscal de deseo.
- Pago, luego voy de pompas, cuesta abajo y sin frenos.

El intelectual orgánico explicaba el cuento del gato chino y lo aplicaba al dilema actual:
“No importa si es rescate o tomate, si consigue cazar a los ratones de la crisis”.

Si no funciona: ¡Ay de los ineptos! (aunque menos)… y de todos los demás (aunque más).

Pero, por favor, que no vengan con más cuentos. Todos la apuñalaron y, conclusión, ella sola se murió.

Los ratones le han puesto un cascabel al gato. El gato es gordo y capón.


Desde la más chulesca de las vanidades estamos cayendo en el más inexplicable de los rescatillos.


Las autovías ya pagadas ahora con repago y más…¡toma ya!


 
Es de dominio general que la cosa no puede seguir así.


Sólo me queda pensar que está todo programado para apretar y apretar, condicionando el futuro al ya inevitable gato chino, para soltar antes de asfixiar.

¡A los indios que vienen los caballos!

Pero, ¿es el rescatillo el principio de las verdadillas?
Las mentiras no solo mienten ¡arruinan!. Su cupo está agotado.

Verdades aunque duelan.

2 comentarios:

  1. Azulinante, ya sabes alucino en color azul. Me sigues sorprendiendo día a día con estas pedazos de entradas tan ciertas y verdaderas como que ahora es de día.
    Por poner un pero, que no un poronponpero, únicamente decirte que hay que mejorar esos dibujos, para que el blog sea fantástico.

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  2. Ya, pero dibujar con el paint a golpe de ratón desgasta lo suyo y tienes ganas de acabar pronto.
    Si la crisis nos desplaza y no tenemos dinero, nos queda bailar la jota y cantar el porompompero, y bocata de bellota, a la sombra de un palmero.
    Es que me pongo muy trascendente con la crisis y no digo tonterias como esas, que me gustan más.
    Que acaben con este monotema cruel para los probes y para las almas sensibles.

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