Busqueda de la facultad del ingenio en la poco sencilla creatividad cómica

La risa es la auténtica medida de la felicidad.



domingo, 3 de noviembre de 2013

El discurso del Neandertal

Ya me gustaría que estas palabras significasen un futuro tranquilo y placentero para todos los componentes de esta estirpe gloriosa y laboriosa, pero tengo que declarar que, como todos ya saben, los campos de caza y los bosques de recolección se están reduciendo y están cada vez más lejanos, resultando que los cazadores cada vez se esfuerzan y trabajan  más, mientras, algunos apenas aportan beneficio real y suponen más gasto en víveres y recursos,  haciendo la situación insoportable.

Nadie debe temer el futuro, somos altos y fuertes,  somos capaces de alejar de nuestras vidas los malos espíritus como nunca en los tiempos se ha conocido, de contentar a los buenos espíritus agradecidos por nuestras ofrendas y obsequios generosos para que  nos ayuden en la adversidad; pero los espíritus arrojan  señales de deseos de cambio en los astros. No debemos dejar que las desgracias recaigan sobre todos porque unos pocos no sean capaces de aportar su parte para contentar a los buenos espíritus.

Los grandes herbívoros están muy reducidos en número, lo que nos acarrea apuros y dificultades su caza. El bosque se está agotando y sus posibilidades son más cortas cada vez.

Hay que ponerse al día, otros cazadores ya nos están mostrando su audacia. Perdemos al cambiar bellotas por jabalí.

Está claro que, aunque nadie lo querría, hay que tomar medidas y no queda más remedio que poner solución a las necesidades reales de la comunidad para asegurar el futuro.

Durante años hemos compartido suerte y esfuerzos como hermanos que somos, poniendo a disposición de los más necesitados los víveres necesarios para su sustento aunque no se esperase nada de ellos, pero es el momento de que cada cual consuma los bienes que sea capaz de proveerse, y que ninguno sea una carga para nadie.

Se suprimen las fiestas generales de bienvenida de los cazadores y recolectores con derroches y gastos sin medida. Hay cada vez más seres ingratos que nada aportan sin que nadie impida que reciban una parte. Es hora de que cada uno se provea a sí y a los suyos para que los reconocimientos sean compensados a los más provechosos.

Ya sin rémoras ni lastres por parte de los menos capacitados, los más provechosos conseguirán que las  partidas vuelvan a sus antiguas obtenciones y logros.

Aunque no soy personalmente partidario de ello, es una respetable decisión que el individuo ceda protagonismo al interés colectivo bien entendido: solo será bueno para el individuo lo que es bueno para la comunidad y si cada uno mira por su propio interés se mirará por el interés colectivo.

Cada vez son más los que creen que los menos dotados deben estar más implicados en cubrir sus propias necesidades materiales. Ya me gustaría anunciar que nadamos en la abundancia como en otros tiempos que ya no volverán, pero el poblado se ha cargado de manera creciente de mujeres gestantes, niños pequeños, ancianos inservibles, tullidos limitados, cretinos, vagos y necios que encarecen los esfuerzos sin aportar apenas.

Para que no todo parezca malo, en una fiesta de consolación cada partida proveerá una cantidad de casquería y huesos para los más necesitados  de la tribu.

Los menos capaces deberán desarrollar su ingenio para aumentar su autonomía personal y social, y los que no estén contentos se les invitará a formar una nueva tribu allá de los bosques. No es preciso que seamos más y sí que seamos mejores.

Es seguro que el futuro recompensará este esfuerzo que se hace con el convencimiento de que los nuevos neandertales que surjan dominarán la tierra como los elegidos que somos.

El futuro nos pertenece, la tierra es nuestra.

Viva Neandertalia.



- Hay que jorobarse- dijo a viva voz la Neandertala, que se levantó para hacer la replica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario