Busqueda de la facultad del ingenio en la poco sencilla creatividad cómica

La risa es la auténtica medida de la felicidad.



domingo, 24 de noviembre de 2013

Soneto del toro inquieto


Pronto vi que el trapo es una trampa,
Que enfrente un lucero zarandea,
Qué poder irresistible me arrea,
Sin quererlo me lanzo como lanza.

Un clamor en la gente se levanta,
Cuando al paso el tejido se ladea,
El rival tan campante se pavonea,
El ruido del trueno no me espanta.

Con gran valor el cuerpo aguanta
La clavada del arpón que me espolea,
Mas el trapo otra vez me solivianta.

El dolor gran bramido me arranca,
La capa hacia delante me menea,
El sable, al fin, sella mi garganta.




Moraleja:
Este mundo coqueto
Te homenajea y dedica un soneto.
Se te despelleja
Y exhiben tu careto.
Si tienes genio inquieto
Por cuenta de la vieja
No compensa ser prieto
Si poco saco y mucho meto.


jueves, 14 de noviembre de 2013

Nadie es de nadie en el amor

En la mente enamorada
es mejor una triste derrota
que una incierta escapada.

Mejor perder sin retorno,
buscando esta paz
que ser cobarde sin aplomo.

La amorosa valentía
siempre se premia,
la indecisión es sombría.

Hay dulces victorias
que el tiempo recarga y endulzarlas
siempre otorga.

Hay derrotas amargas
que se tornan apoyos vitales
si se estima en lo que valen.

Y ambas no son nada si te evades.
¿Y si juegas al empate?
¿Tan poco vales?

Qué ganas si ganas.
Qué pierdes si pierdes.
Qué te juegas si empatas.

Nada es nada.
Nadie es de nadie.
Nada es de nadie.

Sabe mucho el que solo sabe
que saber mucho en el amor
es apenas saber nada, de nada.


(Dibujo de Yole Traverso Gallino hecho en 1918)

Nadie es de nadie.

Si no se apuesta en el amor 
siempre se pierde.

Si tú apuestas y pierdes,
Que seas solo tú el que apuesta y, sobretodo, tú solo el que pierde.

Nadie es de nadie.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

La respuesta de Neandertala

Hablo en nombre de esos que llamáis ociosos, son nada más y nada menos que los padres, las madres, hijos, hermanos nuestros o cualquiera mismo que llega con una rotura sin cura: Solo que aquí no hay ociosos ni necios, el mas torpe recoge higos y castañas.

Los ociosos  puede que se refiera al vagabundeo de un mes de recreo por el monte y regreso con un trofeo asombroso de una cabeza de ciervo con su piel y que unos han comido solos.

Cuando regresáis con un muslo de carne no aportáis más de que lo que os zampáis en las jornadas de descanso que disfrutáis de comebellotas, y cuando regresáis al monte dejáis peor las reservas de alimento que cuando llegasteis.

Antes, cuando los antepasados, la carne era traída por un pequeño grupo según era cazada, mientras el grueso de la partida seguía cazando y mandando lo que se iba obteniendo que podía ser miel, grano, huevos o frutos; luego, ante la caza de una gran pieza regresaban todos y en su gloria se les agasajaba con una fiesta.
Con estas últimas generaciones vuestras la caza se come en el monte, lo que hace engordar e impide regresar de prisa y cargados. Es necesario eliminar el mareo de la perdiz que parece que da de comer a pocos y solo crea desigualdad e ilusionismo.

Nosotros queremos ayudarnos unos a otros, no lo impidáis. Yo os pido que juguéis limpio y sin bloqueos, vosotros podéis hacer lo que os convenga sin avasallar, pero dejad que los demás nos preparemos para que la carga sea compartida. Sabemos que todos antes o después acabamos dependiendo del pueblo.

Los que juegan con la ventaja de disponer de los útiles ancestrales para ganarse el sustento piensan que todos están como ellos sin saber que otros solo disponen de sus manos. Renunciad de la herencia que es de todos y empecemos todos de nuevo bajo las mismas reglas de competencia sana.
Dejad de verdad que podamos montar una nueva tribu sin vosotros. No lo creo posible.

Honra la franqueza del que declara sus verdaderas intenciones aun cuando estas no han sido suficiente valoradas en sus consecuencias. No seréis la solución de nada, acabareis en la ruina y en el camino habréis causado la de todos.
Todos necesitamos estar tranquilos para hacer bien las cosas, para buscar comida es mejor estar tranquilo y bien alimentado, compartir sirve para soportar mejor los tiempos de penuria. No es necesario que todos nademos en la abundancia, sino que cada cual tenga al menos lo imprescindible.

Lleváis muchas lunas hablando de que cada uno se alimente a sí mismo y no explicáis como os alimentaréis vosotros sin nosotros; lo que se os ha ocurrido no lo podréis llevar a cabo sin el uso de la fortaleza de individuos  favorecidos por la herencia, la salud y la lozanía.

No es necesario que se rompa el arca tribal, la población necesita que se garantice la estabilidad de la tribu, ya que en acciones desesperadas se cometen más siniestros en contra de la conservación de los bienes.

Lo que se necesita es crecer en habilidades, se ha comprobado que clavando una rama en la tierra crece una higuera entera y al poco tiempo da higos, hay que aprender a cultivar plantas cerca del poblado ya que serán muy necesarias en épocas de carestía. Se trata de no agotar los recursos.

Se requiere que naturalmente todos nos esforcemos en conseguir suplir las necesidades de la comunidad. No es necesario el cambio de reglas que favorezca solo a unos. Cambiemos lo mejorable y mantengamos lo esencial.

Si no queréis seguir como hasta ahora, dejad que nosotros aportemos los mínimos apoyos a los nuestros siguiendo nuestras conciencias.

Todo es un todo. Todos para todos.


-         Se hará lo que yo diga – dijo Neandertal.
-         Neandertalia estará condenada – empezaron a cantar las adivinas. 

domingo, 3 de noviembre de 2013

El discurso del Neandertal

Ya me gustaría que estas palabras significasen un futuro tranquilo y placentero para todos los componentes de esta estirpe gloriosa y laboriosa, pero tengo que declarar que, como todos ya saben, los campos de caza y los bosques de recolección se están reduciendo y están cada vez más lejanos, resultando que los cazadores cada vez se esfuerzan y trabajan  más, mientras, algunos apenas aportan beneficio real y suponen más gasto en víveres y recursos,  haciendo la situación insoportable.

Nadie debe temer el futuro, somos altos y fuertes,  somos capaces de alejar de nuestras vidas los malos espíritus como nunca en los tiempos se ha conocido, de contentar a los buenos espíritus agradecidos por nuestras ofrendas y obsequios generosos para que  nos ayuden en la adversidad; pero los espíritus arrojan  señales de deseos de cambio en los astros. No debemos dejar que las desgracias recaigan sobre todos porque unos pocos no sean capaces de aportar su parte para contentar a los buenos espíritus.

Los grandes herbívoros están muy reducidos en número, lo que nos acarrea apuros y dificultades su caza. El bosque se está agotando y sus posibilidades son más cortas cada vez.

Hay que ponerse al día, otros cazadores ya nos están mostrando su audacia. Perdemos al cambiar bellotas por jabalí.

Está claro que, aunque nadie lo querría, hay que tomar medidas y no queda más remedio que poner solución a las necesidades reales de la comunidad para asegurar el futuro.

Durante años hemos compartido suerte y esfuerzos como hermanos que somos, poniendo a disposición de los más necesitados los víveres necesarios para su sustento aunque no se esperase nada de ellos, pero es el momento de que cada cual consuma los bienes que sea capaz de proveerse, y que ninguno sea una carga para nadie.

Se suprimen las fiestas generales de bienvenida de los cazadores y recolectores con derroches y gastos sin medida. Hay cada vez más seres ingratos que nada aportan sin que nadie impida que reciban una parte. Es hora de que cada uno se provea a sí y a los suyos para que los reconocimientos sean compensados a los más provechosos.

Ya sin rémoras ni lastres por parte de los menos capacitados, los más provechosos conseguirán que las  partidas vuelvan a sus antiguas obtenciones y logros.

Aunque no soy personalmente partidario de ello, es una respetable decisión que el individuo ceda protagonismo al interés colectivo bien entendido: solo será bueno para el individuo lo que es bueno para la comunidad y si cada uno mira por su propio interés se mirará por el interés colectivo.

Cada vez son más los que creen que los menos dotados deben estar más implicados en cubrir sus propias necesidades materiales. Ya me gustaría anunciar que nadamos en la abundancia como en otros tiempos que ya no volverán, pero el poblado se ha cargado de manera creciente de mujeres gestantes, niños pequeños, ancianos inservibles, tullidos limitados, cretinos, vagos y necios que encarecen los esfuerzos sin aportar apenas.

Para que no todo parezca malo, en una fiesta de consolación cada partida proveerá una cantidad de casquería y huesos para los más necesitados  de la tribu.

Los menos capaces deberán desarrollar su ingenio para aumentar su autonomía personal y social, y los que no estén contentos se les invitará a formar una nueva tribu allá de los bosques. No es preciso que seamos más y sí que seamos mejores.

Es seguro que el futuro recompensará este esfuerzo que se hace con el convencimiento de que los nuevos neandertales que surjan dominarán la tierra como los elegidos que somos.

El futuro nos pertenece, la tierra es nuestra.

Viva Neandertalia.



- Hay que jorobarse- dijo a viva voz la Neandertala, que se levantó para hacer la replica.