Se nos destapó la imaginación,
Devolvió la esperanza al corazón.
Se sabía quien había causado el desastre.
Estaba claro que con el cambio de moneda nos robaban la cartera del bolsillo.
100 pesetas is not 1 euro.
Y siguen.
En un juego de club de trilers nos presentan culpables indiferentes.
El ambiente era inmejorable, oxigenante de solidaridad.
Nada como una pancarta para decir verdades como puños.
Pancartas de plena actualidad.
Aunque se rayase el exceso de optimismo.
Demasiado optimismo.
Lugares inolvidables como campeones.
Realidades que hacían aflorar la vena poética y colocarla a lomos de un rocín.
Lo pedregoso del camino no impide la búsqueda de nuevas rutas.
Los problemas siguen
Y que no tomen por tonto a nadie por pagar los perjuicios causados por otros, los culpables no son los perjudicados.
No cuela.
Quien lo ha destrozado que lo arregle ¡YA!. YA, YA, YA, YA.
Ya, es ya mismo, ahorita mismo. Con prisas.
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