Lo tengo fácil, muy fácil, nunca tuve un discurso tan fácil por delante.
Simpatía Fraternativa me ha encargado que prepare el discurso de defensa de la Unión en el Debate del estado de la Desunión. Nunca lo había tenido tan fácil.
La Asamblea de la Desunión, antigua de la Unión, permanece abierta por el impulso que le dimos los partidarios de la unión, aunque su actividad asamblearia es más bien testimonial, ya que los Foros de Balneario nos han ido restando protagonismo.
Sin mucho despliegue retórico lo tengo fácil, solo tengo que destacar los altos valores de la unidad: la concordia, simpatía, solidaridad, ayuda, el apoyo; o emplear los atributos robustos de la fraternidad: como la bondad, la ternura, la amistad, la paz; u otros recursos de la vida apacible, como la humildad, la sencillez, la armonía, la sobriedad o las parcas costumbres de la lectura o la meditación; o recordar las historias de la historia en las que se progresa cuando los estímulos generales altruistas se ponen al servicio de la sociedad y se fracasa cuando la sofisticación lúdica lleva al declive.
Fácil pongo de contrapeso a las replicas anticipadas a las reducciones hipotéticas del confort y la seguridad, contraponiendo dialécticamente como los materialismos inconmensurables, se debaten en estériles lemas invisibles o negacionistas que solo llevan a la destrucción del clima y ponen en entredicho la garantía de futuro: la avidez, el lujo, el sibaritismo, el poderío, la imposición, la competitividad,…
Exponiendo que el egoísmo, la codicia, la envidia, la soberbia, etc., son un peligro incluso para sus mismos valedores. Algún día la tensión les impedirá avanzar. Echarán la culpa a otros, pero todos sabrán que sin el mutualismo y las sinergias no se puede aspirar a encontrar un mundo mejor. Cualquier atasco será el último, el final. Bueno, el penúltimo, para no ser apocalíptico.
Arremetía que lo que los desunionistas llaman la indolencia ajena es realmente implicación natural, nadie debe acaparar cosas que no necesita, siendo esos indolentes los que aportan las plusvalías, los que pagan los impuestos, los que no se esconden o evaden a la hora de arrimar el hombro.
Mientras terminaba el discurso, ensayaba sobre el sueño esperanzador de que los unionistas volverían a ser influyentes y aseguraba que el propósito unionista ganaba capacidad de convicción y las aguas tranquilas de la racionalidad volverían a su cauce.
Para acabar clamando que éramos capaces de volver a generar ilusión, de aunar esfuerzos, a caminar juntos por los senderos del afecto y la simpatía, por celebrar todo lo que nos une y olvidar las menudencias que nos dividen. Teniendo como meta concebir grandes esperanzas en nuestro proyecto con una formula que satisficiera a todas las partes.
El discurso me quedó impecable. Cuando expuse el ensayo en la sede el auditorio parecía enloquecer de alegría.
Al día siguiente me encaminé hacía la Asamblea, que permanecía abierta solo en los días con actividad, en los últimos tiempos de gran aceptación por el impacto que dejaban a sus nuevos usuarios: Almuerzos de trabajo para ejecutivos improductivos y Cursos de ocio para dirigentes desmotivados le habían mantenido con un buen nivel de uso.
Cuando llegué, la puerta estaba cerrada y habían colocado un cartel que indicaba lo siguiente:
Se suspenden las actividades programadas por incompatibilidad horaria con la nueva programación televisiva con ocasión de la final de la Championships.
Fácil, alguien sí que había tenido fácil la elaboración del discurso.
Ayer mientras trabajaba
Con el almuerzo a la vista
Soñaba que descansaba
Y ya no era mileurista.
Si renuevan mi contrato
Y no me bajan el sueldo
Voy a ese burguer barato
Y vaya que sí lo celebro.
Maravillosa reflexión en un día tan señalado. Que mejor día para escribir y alimentar la mente propia y ajena con esta pedazo de entrada. Veo que has aprovechado bien el día de huelga general. Como siempre Sergio, mis felicitaciones. Eres un genio.
ResponderEliminar