La masa llevaba mucho tiempo calentándose al sol y empezaba
a estar a punto. Estaba dura y lista para ser horneada en una receta restauradora.
El cocinero no tenía claro si ponerla rápido en el horno o esperar un poco y meterla fría, ya que esto la receta no lo refería. Quiso ser prudente y la dejó en la mesa de la cocinilla mientras decidía
lo que hacía con ella, mientras pensaba indeciso si era el momento o no. Harto de deshojar la margarita llegó el momento de meterla sin más demoras, pero ya la masa había perdido temple y parecía pastosa.
Tras la duda el cocinero había metido la masa en el
horno, pero se le olvidó de encenderlo, el horno tenía hollín y no tardó la
masa en coger un olor fermentado con tufillo alcanforado.
El cocinero buscando disimular el aroma rancio edulcoró la
masa con una pizca de ciclamato, un edulcorante barato, disuelto en agua de
azahar.
Mientras se calentaba el horno la masa siguió perdiendo
humedad y se agrietó, fragmentándose en capas y evaporándose el aroma original
a harina.
Con los trasiegos de meter y sacar la masa del horno la
temperatura fue bajando y se puso en dificultad para conseguir la torta que se
pretendía, subió la
temperatura, secándose la masa todavía más, por lo que tuvo que ser regada con
un poco de salsa de soja, lo que junto al tostado le dio un color oscuro algo
raro.
Para calentarla rápido encendió el grill muy alto, lo que
hizo que se calentase demasiado por arriba y por abajo con lo que el fondo se
quemó y la capa de arriba empezó a ascender y surgió un soufflé duro por abajo
y blando por arriba.
El horno empezó a destilar un olor a salami ahumado, alejado
del plan que tenía concebido una torta que era lo que se pretendía al principio.
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Podemos repetir ahora que ya tenemos
experiencia, dijo el cocinero sin agobiarse, pero culpándose de la indecisión.
Miró en la despensa y apenas quedaba harina para la nueva
masa.
Y supo enseguida que si se espera demasiado y la masa se
enfría, hay que tener buen acopio de harina para la repetida.
Si la masa esta fría
Y está el horno caliente,
Se templa el ambiente.
Si el horno está frío
Y la masa está caliente,
Se sube el gradiente.
Si horno y masa están fríos,
Y el cocinero está errado,
Acaba un soufflé hinchado.
Moraleja:
Cocinero
inquieto,
Si
no sabes hacer la torta,
Y
ves que la masa se acorta,
No
te pases de discreto
Y dale
a lo que importa
Para conseguir el reto.
Para conseguir el reto.