Busqueda de la facultad del ingenio en la poco sencilla creatividad cómica

La risa es la auténtica medida de la felicidad.



miércoles, 24 de diciembre de 2014

Feliz y próspero 2015

Feliz y próspero 2015

Feliz y próspero dos mil quince
Que de verdad la crisis sea historia
El ciudadano salte como un lince
Dando media vuelta a esta noria.

El paro sea ya recuerdo del pasado
Que la pobreza esté bajo mínimos
Se tomen medidas de alto calado
Y no se yerre siempre en lo mismo.


Que todo se arregle en este 2015.




Ahí me veo feliz como una perdiz tomando un anís

Ahí me veo yo, en el aeropuerto de Málaga como un cromo, con los pantalones caídos, la cara encofrada entre la alegría de llegar al fin a la meta con una sonrisa arrancada y la “V” que recalca un “al fin”, y el manifiesto cansancio de un regreso agotador, un sombrero en solfa, un carrito con el equipaje y encima esos abrigos que un verano en Los Alpes no puede dejar encerrados.
Al llegar al aeropuerto de Múnich tras cuatro horas en una furgoneta “transfer” que llegó a estar parada en una calma chicha de un desastre bávaro.
-      Que catastrófe, que ca-tas-tró-fe, decía en conductor Hindú de la furgoneta.
Los bávaros deben estar acostumbrados a esta circunstancia de que la autovía que une Munchen con su aeropuerto se colapse en cuanto haya un accidente múltiple y no se oye ningún toque de claxon y ni tan siquiera hacen nada para que la situación mejore, ni un solo guardia en todo el trayecto en el que se avanza a paso de tortuga intermitente y en el que solo los foráneos parecen que intentan avanzar por el andén de la derecha(es nuestro caso).
Cuando pasamos a la altura del accidente solo había sanitarios y bomberos que habían abierto un carril auxiliar fuera de calzada y que por ello se empezaba a mover el atasco.
En el aeropuerto de Múnich hay un silencio inusual y una tranquilidad desconocida para un establecimiento de estas dimensiones y actividad. Todo parece programado para que si pierdes el vuelo por circunstancias sobrevenidas te encuentras más perdido que una cabra en un garaje y si elevas un poco la voz te sientas observado como una rara avis por los transeúntes; así es que te sientes en el vacío, te mandan a las ventanillas de venta de billetes de última hora que tanto ellas como por internet te piden un precio que ya consideras subido y que cada vez que consultas sube más y más.
El guía español cuando nos despedimos dos días antes me había dicho que en Múnich apenas se veían policías, que (lo que luego sucedió) podía suceder que “en cualquier accidente se bloqueara la autovía y se montaba cada pitoste de mira y no te menees” y me aconsejaba que saliese del hotel con tres horas de adelanto sobre la salida del vuelo. Le hice caso, pero el retraso fue mayor y no pude coger ese vuelo ni el siguiente. 

Al final la agencia de viajes de Málaga se ocupa y consigue vuelo y hotel en Madrid con billete para vuelo a primera hora de la mañana para poder regresar al día siguiente (ni hablar de recuperar los múltiples euros de gastos añadidos).


Feliz, me veo feliz como una perdiz tomando un anís. Como en casa en ningún sitio ni de perfil.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La zorra guardiana del corral

Harto de robos y bajas
El corral en asamblea
Pactaron una rebaja
Con la zorra golfa y fea.

Conmigo veréis que un día,
Decía la zorra tan astuta,
Manejareis ya la batuta
Y tendréis paz y alegría.

Cesarán las incursiones
Que tenéis ahora a diario
Y ya no serán un calvario
Las comadrejas y hurones.

Soy maja y me consuelo
Con un solo huevo al día
Y lo que cace en cacería,
Por el corral me desvelo.

Sonó una fuerte ovación
Como pocas en la vida
Y la zorra fue elegida
Casi por aclamación.

La zorra casi cumplió
En primera cobertura
Mas al verse ya segura
A huevos se aficionó.

Luego no se contentaba
Con las propias tropelías
Y el corral les ofrecía
A otras zorras que llamaba.

Las bajas tanto aumentaron
Como los huevos menguaron
Los pollos buenos huyeron
Los gallos viejos temblaron.

Las gallinas cluecas
Nada comprendían
Se quedaban quietas
Y apenas comían.

Ponedoras explotadas
Sufriendo tanto expolio
Estaban desesperadas
Y no criaban los pollos.

Esto no más puede ser,
Grita un pollito valiente,
Pelear es hoy menester
Hay que unir a la gente.

Bravo y con arrojo la picó,
Unos cuantos le apoyaron,
La zorra ya cobarde huyó
Y el corral recuperaron.

Moraleja: Joven pollo
Si quieres a tu corral
No debes abanderar
Que zorras pillen el chollo.


En aquellos tiempos, había muchas zorras guardianas de corral, ajenos e ingenuos los volátiles así lo apoyaron, resultando al tiempo que allí era donde se penalizaba hasta el cacarear, se comía poco por eso de economizar, se recortaban las alas para no poder volar fuera aunque poco vuelo se podía iniciar, y el mayor miedo estelar era recuperar ya la libertad tan perdida ya que las caenas aseguraban al menos la vida triste de los entremeses escénicos. Los malos querían parecer los buenos y los buenos eran tan buenos que se les echaba de sus gallineros y endeudados tenían que viajar lejos, tan lejos como para no regresar nunca más. Pena, penita, frena.