Busqueda de la facultad del ingenio en la poco sencilla creatividad cómica

La risa es la auténtica medida de la felicidad.



lunes, 26 de agosto de 2013

Las mentiras del silencio

No quería mentir, prefería la omisión o la ocultación.
Había intentado pasar por el asunto de puntillas, callar hasta que escampase.

No quería hablar del tema, le ponía malo. No había llegado hasta allí para exponerse a la luz de los taquígrafos.
El tiempo se le puso farragoso y ya de forma ineludible debía enfrentarse al tema. En vivo y en directo. Ante las más altas estancias.

Entre la espada y la pared sintió la garganta cuando se vio encima del cajón con toda una jornada por delante.

Hizo un amago de ir diciendo todo lo que debería decir, aunque lo más importante lo dejaba para más tarde.
Perdón por su responsabilidad indirecta, por no haber estado más fino al elegir a su equipo y no evitar lo que otros hicieron.
Se le recordó que no se preguntaba por terceros, aunque también, sino por lo que hizo y sabía él mismo.
Cuando llegó la hora decisiva se le veía mirando el reloj de reojo, como esperando que sonase pronto la campana.
Hizo lo que mejor sabía hacer. Puso el ventilador, paso al ataque como mejor defensa, habló de otros y se presentó como victima de circunstancias ajenas a su persona y su voluntad.

Le recordaron que él era el timonel y que el barco era suyo, y que  como capitán no se escudara en grumetes y polizontes.
Dijo poco y en oblicuo, de pecados añejos y ajenos. Sacó pecho, presumió de su trayectoria.
Nada dijo sobre lo que se le preguntaba ni de lo que se esperaba de él.

Rehuyendo del fregado. Que suerte el poder contestar con otra pregunta o lanzar un exabrupto o faltar al que pregunta o dar la callada por respuesta o salir por peteneras.

No se mojó, omitió, ocultó y procuró no decir nada que se presentase después con pruebas irrefutables. Suspiró cuando vio que el tiempo se agotaba, y pensó en las vacaciones que le esperaban para transmitir alegría.

Había cumplido, mas..El asunto no estaba zanjado.
Temió el final de las vacaciones,..En un nuevo asalto.

Movilizaría a sus asesores para buscar un atajo, cerrar aunque fuese en falso, ganar tiempo hasta la primavera para que las cuentas mejorasen y auxiliasen cualquier otro parámetro.

El otoño sería su Rubicón. Primaría el silencio negativo, la transparencia inconsistente, la madurez callada.

Nada mejor que un buen silencio. No se falta si el verbo no existe.

En otoño esperaba silencio cerca y bullicio lejano.
En el invierno escabroso para carnaval encargaría un disfraz de El Cobrador del Chal.
La primavera estaba lejos, si llegaba demostraría que la mejor excusa es la que no se da.

2 comentarios:

  1. Mmmmmmmm.... No te pillo Sergio, esta entrada no sé de que va. Voy a ponerme de nuevo frente al televisor para disfrutar de cinco horas y media de un debate en el Senado que grabé el pasado 1 de agosto.
    Después estoy seguro que me sentiré mas fresco y avispado para "pillar" tu entrada.
    Enhorabuena de nuevo, eres un crack.

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  2. En el desierto, lo mejor es mojarse con arena. Pásame el video que yo también quiero otro plato.

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