El Director de Informativos del Canal Verdad entró de forma intempestiva en el plató, y de forma precipitada interrumpió el curso de la sesión del mediodía de las Telenoticias e informó por señas al realizador - que soy yo - para que entráramos en publicidad, pues, entendí, se tenían que hacer cambios importantes:
- En un acto descabellado…han…han robado el Milenio.
- Eh, qué…
Sonaba a notición, yo podía recordar varios “robos del siglo” como aquel Asalto al tren de Glasgow del que tanto se había hablado en mi infancia, o algo así como “El atraco más grande jamás contado”.
Me había quedado demasiado corto no hay nada como el robo de un milenio.
- Es inaudito, han robado el Milenio – repitió el Director.
- Pero, ¿qué Milenio? – dijimos varios al unísono con curiosidad exacerbada.
Los presentadores y técnicos se colocaron rodeando al Director, mientras este seguía gritando:
- Nos hemos quedado sin él, sin nuestro Milenio…
La presentadora meteoróloga, Clara, conocida como La mujer del tiempo fugaz, por lo rápido que hablaba, indicó certeramente:
- Serénese Director y dicte una concisa noticia de lo que quiere que se presente a la opinión pública, que la publicidad se está agotando.
- Anote usted misma lo que yo vaya diciendo:
"Unos malhechores, aprovechando la coyuntura de falta de legitimidad del Comité de Salvaguardia de los Intereses Comunes, tras el cese de todos sus miembros por el asunto “Trincones”, han comprado los derechos usufructuarios sobre las denominaciones de este milenio en el que nos encontramos, así como todas las derivaciones cronológicas y de división temporal incluidas en el milenio en el que estamos inmersos”.
- ¿Se refiere al tercer milenio de nuestra era?
- Sí, pero esa es la cuestión: no se le puede dar nombre al milenio sin permiso de los que ostentan sus derechos de denominación, tanto en referencia semántica como espacio-temporal. No se puede decir nada sobre este milenio sin miedo a que te demanden y acabes en el trullo.
La meteoróloga no estaba para tonterías semánticas, así que espetó con seguridad:
- Bueno, pues hablaremos del siglo XXI, como hasta ahora.
- No se puede – apuntó el Director – tienen todos los derechos de todas las denominaciones, de todas las fracciones de milenio, siglo, década, lustro, año, mes, día… etc., siempre que vayan referidas al milenio actual.
Los profesionales de la información a pesar de su gran bagaje profesional no acabábamos de captar la dimensión de la noticia.
De pronto sonó una voz viril y con la autoridad:
- Entramos en antena dentro de dos minutos, … un minuto cincuenta segundos … minuto cuarenta segundos …
- Qué tenemos entonces... ¿Clara, tomaste nota?
- Sí, y se lo que se debe decir.
- Vale, entra tu misma y lees tus notas lo mejor que puedas – dijo el Director de informativos --.
Clara entró en antena y no le hizo falta mirar sus notas, buscando la sencillez y el impacto de la noticia simplemente dijo:
- Buenas tardes, el Milenio ha sido robado, la venta de unos derechos de uso y disfrute impide que se pueda hablar libremente del milenio en el que estamos, no podemos designar las fechas en las que estamos, no se puede hablar sin autorización de la cronología, no se puede decir ni hablar del milenio que va después del segundo de nuestra era, no se puede hablar del siglo que vino después del siglo XX, no se puede decir… ni la fecha de hoy.
Unos inversores desconocidos han comprado los derechos denominativos del tiempo y la lengua que se emplearán bajo licencia.
El Director, detrás de la cámara, movía girando los dos índices hacia delante indicándole que continuara, y ella lo hizo. Estaba en vena, por este asunto merecía la pena mojarse. Continuó, pero en antena se estaba emitiendo otra cuña publicitaria - lo dicho por Clara a continuación se emitiría en el programa Informe Siete Jornadas (antes Semanal)-:
“- Es decir: No se puede hablar de fracciones de tiempo actuales, así como las denominaciones de todas las fracciones de milenio, siglo, década, lustro, año, mes, día… etc.
Informa la Comisión Usufructuaria de los Derechos sobre el Milenio actual que, en un gesto de buena disposición hasta que se actualizan las tarifas de uso, se autoriza a los medios el uso de la fecha diaria en cada día, solo a efectos informativos”.
- Todo un consuelo.
…
Luego, con el paso del Innombrable, la gente se ha acostumbrado a llamar así a todas las fracciones del Innombrable y ha ido perdiendo interés por lo que los filósofos llaman La dimensión ficticia o La inexistente cuarta dimensión. En principio, han ido cerrando las relojerías, después… todo va cambiando. La gente vive el momento, el ahora es lo único que importa. El Innombrable ha perdido interés.
El Canal Verdad ha dejado de emitir las Telenoticias por falta de audiencia.
Nadie quiere ya que nos devuelvan el Milenio. Ni yo, que ahora soy músico callejero; gano menos, pero me rió más.
Jajá jajá. Jajá jajá. Jajá jajá. Jajá jajá. Etc.
El universal de las tenencias
Es habitual la independencia:
Como el acervo común
Es patrimonio de todos,
Si no los proteges tú
Se caerá todo el decoro.
Una ingente multitud
Abandonará los modos,
No habrá brújula del sur
Ni alegría ni tesoros.
El cielo perderá su azul
Respiraremos los lodos,
Una grieta en el testuz
Nos irá dejando solos.
Nadie va a quedar si no nos devuelven el Universal.
Hay un muro en la autopista
Donde se chocan los sueños
Punto negro no está en lista,
Los sueños no tienen dueño.
El habitual es independencia
Del universal de las tenencias.
Hay muchos con poca vista
Cuyo fondo es de un barreño
Que tienen gran pertenencia,
Pero no impiden su ordeño.
El habitual es independencia
Del universal de las tenencias.
Hay mundos tan descarados
Que ponen todo su empeño
En despertar sueños sagrados,
Aunque nos haga pequeños.
El universo es curvo y cambiante. Que cambie y se enderece.